ESTABA EN MI HABITACIÓN, de Gabrielle

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Imagen extraída de https://es.123rf.com/photo_45235117_silueta-de-la-yoga-en-la-monta%C3%B1a-en-los-rayos-del-sol-el-sol-del-amanecer.html

Estaba en mi habitación meditando, imaginaba sobre el mundo una lluvia de colores blancos, dorados, azules y rosas. Imaginaba a cada persona enferma curándose, y a cada persona sana, fuerte y llena de luz vital, amor y felicidad. Y no solo a cada persona, sino a cada ser: imaginé hasta a mi perro mirándome con su carita de amor, moviendo la colita de felicidad, llenito de paz.

En ese instante me sentí en un perfecto estado sincronizado de armonía. Sincronizado porque, en ese mismo momento, habían millones de personas sobre esta Tierra componiendo, así como quién compone una hermosa melodía, el Multiverso. Eso hacíamos, con cada vibración única y especial componíamos un mantra colectivo.

En cierto momento, cuando todo esto de la cuarentena comenzó tuve la impresión de que iba a ser difícil pasarla, no por mí sino por esos seres que deben seguir asistiendo a sus lugares de trabajo o que ni siquiera tienen uno. Hasta que me di cuenta de que vibrar en emociones bajas solo baja la vibración propia y la cósmica. Así fue que decidí comenzar a meditar conscientemente.

Sé que meditar no le llena el armario de ropa a nadie, sin embargo creo que la fe mueve montañas, creo que la intención es lo que vale y lo que guía nuestras acciones y que de energía estamos compuestes.

Por eso, creo que es mejor imaginarnos fuertes y unides en nuestras diferencias, tirando todes para arriba.

Y creo, también que debajo de nuestras pieles de simples humanes, cada une lleva un alma de guerrere de paz. Si lo sabes, solo lo quería recordar.

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