UNA PAUSA EN EL MUNDO de Elizabeth Huglich
Han llegado,
atraviesan calles, fronteras, todo parece estar en su sitio y aun así, la
realidad es otra. La ciudad está desierta: las calles agotadas de silencios
reposan en una nebulosa sin voces, las persianas quedaron cerradas sin a la
luz, los pasos se perdieron, la brisa se quedó intimidando respuestas, la
sociedad mundial ha enfermado, el pánico se ha instalado y ellos no paran,
quieren aniquilarlo todo.
En los suburbios se
sienten susurros casi imperceptibles. Han salido, son criaturas oscuras, dementores,
siniestros, codician destruir al hombre, no hay quien los detenga, millares
están esparcidos por todo el planeta, son amantes de la oscuridad, rechazan la
felicidad, la detestan, matan, dividen, todo es tristeza, pretenden
encerrar al amor defenestrarlo de la faz de la tierra.
La batalla ha
comenzado, la lucha es diaria, estamos acorralados detrás de las puertas, no
hay escape. Desde todos los confines de la Tierra, hay una voz de alerta,
científicos trabajan arduamente sobre el antídoto, es necesario destruirlo, sólo
así podremos liberarnos. Entonces los cielos se abrirán para abrazar la vida y
sabremos que solo fue una pausa para volver a empezar… Lo que revela
tristemente una utopía, ya que nada cambia, el tiempo se agota la gente ha
perdido la risa y, el miedo está acorralando los hogares.
Son un ejército que
cae por todas las regiones del planeta, desbordan lluvia salvaje, destilan macabras
saetas que irradian veneno mortal sobre quién se les presente en el camino, así
recorren miles de kilómetros, están convencidos, quieren cumplir con su
propósito y exterminarlo todo, es una carrera contra el tiempo y no se sabe
cuál será el límite y si lo hay.
Las carreteras
siguen vacías la música es quietud, las luces se siguen apagando, la inmensidad
es eterna. Ellos acampan por las calles, se movilizan como sombras, así atacan
de día, de noche, debemos continuar y escondernos de ellos Las paredes nos cobijan,
son aliadas nuestras, no nos vencerán.
Desde adentro, resguardados ,todavía miramos al cielo y en una plegaria casi sin voz nuestro corazón irradia
una palabra: esperanza. A través de ella aprenderemos a esperar y aunque
parezca imposible, se destruirán a sí mismos cuando se disparen dardos del
cielo y vayan cayendo uno a uno, hasta q no quede ninguno.
Será allí cuando el
corazón vuelva a sonreír, elevando miles de oraciones al cielo. El tiempo
llegó, el amor renació, porque el hombre sobrevivió, venció a la oscuridad
dando lugar a la luz, la humanidad triunfo.
La pregunta
pendiente, sin respuestas,es: qué hizo la humanidad , cuántos errores sumaron
penas en este desastre que protagonizó, llegando a la destrucción de millones
en todo el mundo.
Solo sabemos que el cielo abrazó a su gente, con
una promesa: no estamos solos y cada estrella que cruza el firmamento, es un
ángel que vela por el corazón de cada uno de nosotros e inunda el alma de amor,
esperanzas de un mundo mejor, más justo, sin egoísmo, con certezas de que nada
es imposible, todo se puede.. ¡Cada día será el mejor!
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